martes, 18 de febrero de 2014

Anteriormente les hablamos de las playas de Cancun y las precauciones que deberian tomar, pero antes de que se lanzen visitralo, les contaremos algo de historia de Quintana Roo, el chicle.

Conocida en la época prehispánica como “tziclti” en náhuatl y “sicté” por los mayas, la goma de mascar tiene una historia de más de cien años en Quintana Roo.



El árbol se conoce como chicozapote, los chicleros (personas que se dedican a esta actividad económica) cortaban el tronco en zig-zag para que la savia escurriera y con unas bolsas especiales la recolectaban.






Su principal función era masticar, limpiar la dentadura y mitigar la sed y elaborar velas.
Como en esta época aun no era comercializado se consumía de manera natural.
A fines del siglo XIX comenzó su industrialización gracias a Antonio López de Santa Anna, durante su exilio en Nueva York le dio a conocer al inventor Thomas Adams que era posible crear neumáticos con la resina.




Tras intentar realizar no solo llantas, sino juguetes y demás productos sin éxito, el hábil inventor lo puso a la venta en su manera pura y combinado con saborizantes y colorantes artificiales, con el nombre de New York No. 1, la cual se volvió tan popular que convirtió la fábrica de los Adams en un monopolio con los seis más importantes productores de goma de mascar de los Estados Unidos y Canadá, vendiendo su nueva marca llamada “Chiclets”.
















En Quintana Roo (fechas importantes en la historia del chicle)

1917-produccion de chicle de manera organizada
primer gran contratista fue el cubano Julio Martin, fundador de la Casa Martin Martínez.

1936- en la entonces conocida Hacienda Santa María, hoy Leona Vicario, el Gobierno Federal entregó 241 mil 83 hectáreas a Faustino Martínez para la explotación del chicle y el palo de tinte, con la finalidad de colonizar este lugar.

Mientras se coloca las cuyas (picos), y se amarra al árbol que va a picar, Fernando Loría Puga, de 68 años de edad, habitante de Leona Vicario, relata que en los campamentos chicleros pasaba hasta cuatro meses y que picaba hasta 15 árboles de chicle, para procesar y vender en paquetes de 10 kilos cada uno.
Arturo Castañeda Castán, de 72 años de edad, también fue chiclero, él resaltó la importancia de este oficio: “En ese entonces, vivíamos del chicle y de la madera, yo fui chiclero. Trabajábamos el chicle y se almacenaba la resina en un depósito; se cocinaban hasta 10 marquetas y las llevaban de aquí a Cozumel en truques”.





En la actualidad

A 100 años de su explotación, los comercializadores de la goma de mascar se enfrentaron a la caída del precio de los mercados internacionales, debido a la gran competencia de las gomas de mascar sintéticas.
Sin embargo los mismo chicleros reconocen que fue una gran fuente de ingresos para las comunidades mayas de la región, incluso, aun se pueden encontrar vestigios de lo que eran los campamentos chicleros en todo Quintana Roo, por ejemplo, en la denominada “Ruta de los Cenotes” cerca de Puerto Morelos, se localiza Central Vallarta, un campamento de principios del siglo XX.

Hoy en día, los pobladores de estos centros de producción chiclero ya se tuvieron que dedicar al trabajo del campo, ya que no es una actividad redituable con las grandes empresas que exportan el chicle.



Esperamos les gustara este post informativo, con un poquito de cultura general acerca de Quintana Roo.

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